“The quality of our lives depends not on whether or not we have conflicts,
but on how we respond to them.”
– Thomas Crum
El invierno trae consigo el fin de año y las celebraciones en familia, un tiempo donde los hogares se llenan de risas, recuerdos y, a veces, el eco inevitable de algun conflicto no resuelto. En el ámbito de las empresas familiares, esta época puede ser particularmente intensa, ya que se mezclan las dinámicas personales con las profesionales, a menudo exacerbando los conflictos latentes.
Las empresas familiares son entidades únicas donde el corazón y la cabeza a menudo luchan por el dominio, y los conflictos pueden surgir de esta lucha. Estos conflictos no solo son normales sino también necesarios para la evolución y el crecimiento de la empresa. Como John A. Davis, el fundador del Family Business Program en la Universidad de Harvard, señala: “El conflicto es inherente en las familias y en las empresas, y cuando se unen, se potencia.” Sin embargo, Davis también subraya que estos conflictos, cuando se manejan de manera efectiva, pueden ser una fuente de renovación y cambio positivo.
La naturaleza de los conflictos en las empresas familiares varía ampliamente, desde desacuerdos sobre la dirección estratégica de la empresa hasta cuestiones de sucesión y asignaciones de roles. Estos problemas pueden intensificarse durante diciembre, cuando se espera que la familia se reúna en un ambiente de unidad y celebración. El profesor John L. Ward, co-fundador del Center for Family Enterprises en la Universidad de Northwestern, sugiere que la clave para manejar estos conflictos es reconocer y aceptar las diferencias, trabajando para alinear los intereses familiares con los de la empresa.
La academia ofrece varias estrategias para abordar los conflictos en las empresas familiares. Una de ellas es la creación de foros de comunicación estructurados, como los consejos familiares, donde se pueden expresar y discutir los problemas en un ambiente controlado y profesional. Este enfoque ayuda a evitar que las emociones se desborden en el entorno empresarial, y proporciona un espacio donde la voz de cada miembro de la familia puede ser escuchada.
Otro método es el establecimiento de políticas claras y por escrito, que incluyan protocolos familiares. Estos protocolos funcionan como guía del comportamiento de los miembros de la familia en relación con la empresa, ayudando a prevenir y resolver disputas.
La mediación es otra herramienta valiosa. Implica la intervención de un tercero neutral que ayuda a las partes a llegar a un acuerdo. Este proceso puede ser particularmente útil cuando las partes involucradas tienen dificultades para comunicarse de manera efectiva por sí mismas.
En la literatura académica, se ha discutido ampliamente la importancia de la educación y la preparación en el manejo de conflictos. Melanie M. Dupuis, en su estudio sobre la psicología de las empresas familiares, enfatiza la necesidad de formación en habilidades blandas, como la inteligencia emocional y la comunicación asertiva, para todos los miembros de la familia involucrados en la empresa.
Además, es fundamental el establecimiento de límites claros entre los roles familiares y empresariales. Hay que separar el amor y el trabajo, tomando las decisiones empresariales con base en la competencia y el mérito, y no en la jerarquía familiar.
La temporada decembrina, aunque desafiante, puede ser una oportunidad para fortalecer la unidad familiar y empresarial. Es un momento ideal para reflexionar sobre el año pasado, reconocer los logros y aprender de los conflictos. La planificación estratégica, las reuniones familiares enfocadas y las sesiones de retroalimentación pueden ser muy productivas durante este tiempo.
Para concluir, los conflictos en empresas familiares son una compleja danza entre el amor y la lógica, la tradición y la innovación. La gestión efectiva de estos conflictos requiere un equilibrio entre la comprensión emocional y la claridad estratégica.
Fernando Todd
CEO en Todd Empresas de Familia, SC
www.empresasdefamilia.mx
IG fernandotodd
