“As we look ahead to the next century, leaders will be those who empower others”.
Bill Gates
La propiedad en empresas familiares va más allá de la simple titularidad de activos; es la amalgama de la tradición y los valores que cimientan su éxito y su legado. A través de este artículo, analizo cómo la propiedad se convierte en el eje central de la gobernanza, impulsando la evolución y el progreso de estas entidades distintivas.
La propiedad en el ecosistema de las empresas familiares establece las pautas esenciales: define la toma de decisiones, la distribución de los ingresos y la visión a futuro. Actúa como la brújula que dirige no solo el negocio en sí, sino también la concordia y unidad entre sus miembros.
Ejercer la propiedad significa sumergirse en una gestión activa y estratégica, una que demanda una comprensión profunda tanto del mercado como de la intrincada red de relaciones familiares. Se busca un punto de equilibrio que satisfaga las necesidades empresariales sin desatender los valores y expectativas de la familia.
Cada decisión estratégica, cada movimiento diario, resuena con la influencia de la propiedad. Es por eso que concebir estructuras de propiedad que no solo respondan a las necesidades actuales, sino que también acomoden el crecimiento y los cambios futuros, es fundamental para cualquier empresa familiar que aspire a la longevidad.
Las empresas familiares poseen una mezcla única de retos y ventajas. La responsabilidad de la propiedad se extiende más allá de los activos y se convierte en la custodia de un legado y de una visión proyectada hacia el futuro. Este enfoque trasciende la mera supervivencia inmediata y se orienta hacia una prosperidad sostenible y relevante a lo largo de las generaciones.
La propiedad es más que un derecho; es una responsabilidad y un compromiso con el futuro. Cada elección y acción tomada por los propietarios de una empresa familiar tiene el potencial de afectar no solo el balance de la compañía sino también la sinergia familiar. En este delicado equilibrio, es crucial que los propietarios actúen con una visión holística que abarque tanto los intereses empresariales como los deseos y bienestar de la familia.
La gobernanza en las empresas familiares no es estática; es un proceso dinámico que requiere adaptabilidad y previsión. La propiedad debe ser lo suficientemente flexible para adaptarse a las tendencias emergentes del mercado y las realidades económicas, al tiempo que se mantiene firme en la preservación de los valores y la historia que constituyen la esencia del negocio familiar.
El desafío está en equilibrar la preservación del legado con la necesidad de adaptación. Aquellas empresas que logren este balance no solo sobrevivirán sino que se destacarán, trazando un camino sólido hacia un futuro exitoso.
El gobierno corporativo en una empresa familiar debe asegurar que las decisiones se tomen con un enfoque en la sostenibilidad a largo plazo y no solo en beneficios a corto plazo. Esto incluye establecer políticas claras para la sucesión y la participación de familiares en la empresa, así como fomentar la profesionalización de la empresa incorporando talento externo cuando sea necesario.
El gobierno corporativo en empresas familiares es una herramienta esencial para gestionar la intersección entre las necesidades del negocio y las dinámicas familiares. Al adaptar las prácticas de gobierno corporativo a las necesidades únicas de las empresas familiares, se pueden establecer estructuras que no solo impulsan el éxito comercial, sino que también preservan y refuerzan el legado familiar.
Fernando Todd
CEO en Todd Empresas de Familia, SC
www.empresasdefamilia.mx
IG fernandotodd
